Un reloj
mecánico simple se compone de aproximadamente 130 piezas. Los relojes más
complicados pueden contener cientos de piezas individuales. El ‹Calibre 89› de
Patek Philippe es probablemente el reloj más complejo que jamás se haya
producido: contiene un total de 1.728 componentes.
Un reloj
mecánico sencillo se compone de las piezas siguientes
•El muelle, pone el reloj en marcha
•El volante del muelle espiral, oscila y
permite que el reloj funcione debidamente
•El escape, distribuye los impulsos del
oscilador
•El tren de engranajes, transmite la fuerza
•El muelle real o la polea de pesa
•El rodaje de minutería, activa la aguja
Complicaciones
Una esfera
compleja no indica «sólo» la hora, ofrece mucha información más. Estas
informaciones adicionales se llaman complicaciones. Complicaciones comunes son,
por ejemplo, la indicación del día de semana, el mes y el mecanismo de un
cronómetro; sin embargo, el carillón ya es una pieza mucho más artística. Un
reloj que reúne todos estos elementos y aun complicaciones astronómicas (y
mucho más), se designa como reloj con grandes complicaciones.
El reloj de
bolsillo probablemente más complicado del mundo es el Calibre 89 (reloj de
bolsillo Grande Complication) de Patek Philippe que reúne 33 complicaciones.
Tiene un calendario eterno, 24 agujas y varios timbres mecánicos, además indica
la hora exacta de la salida y de la puesta del sol, las fases lunares y la
fecha de Pascua. Este reloj excepcional fue creado con ocasión de la
celebración del 150º aniversario de la empresa Patek Philippe. Existen
solamente cuatro copias de esta joya sin par del arte relojero. En una subasta
celebrada en Ginebra en 2004, se vendió un Calibre 89 por el precio increíble
de 6.6 millones de francos suizos.
El reloj de
pulsera de fabricación en serie más complicado y más caro (limitado a 30
ejemplares) es Blancpain 1753, que integra 740 componentes. Cada reloj fue
regulado por separado, fabricado y decorado a mano. Algunas piezas no son más
gruesas que un pelo humano; sólo pocos relojeros dotados son capaces de dominar
estas dificultades. Para fabricar un reloj Grande Compliance se necesita un año
entero.
A lo largo
de los siglos, los relojeros han refinado el arte de las complicaciones,
llevándolo a precios casi inimaginables. Uno de los relojes más famosos es el
«Marie Antoinette» del gran relojero helvético Abraham-Louis Breguet
(1747-1807). Este reloj se fabricó por encargo de la reina Marie Antoinette en
1783 y tenía que estar equipado con todas las complicaciones (una elegante
esfera de esmalte, cristal de roca, todas las piezas de oro en lugar de acero y
latón, etc.). La fabricación de este reloj excepcional fue tan compleja que el
mismo Breguet no llegó a vivir la finalización de la obra. Y Marie Antoinette
ya había muerto en la guillotina cuando el reloj relumbró por primera vez en
todo su esplendor en 1827.
El
prácticamente invendible «Marie Antoinette» cambió muchas veces de propietario.
En abril de 1983 formaba parte de la colección de Sir David Salomon en el Meyer
Memorial Institute de Jerusalén, donde fue robado durante los días de Pascua.
Desde entonces se desconoce el paradero de este tesoro.
Nicolas Hayek, cuyo imperio relojero posee
actualmente los derechos de la marca Breguet, decidió reconstruir el «Marie
Antoinette». Durante casi tres años, diez relojeros fabricaron una reproducción
idéntica al original basándose en fotos. En el salón de relojería Baselworld 2008, Hayek presentó con orgullo la
obra de arte.
jorgeajh
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